martes, 13 de septiembre de 2011

Ida y vuelta

Después de un largo verano y de mucho calor empezaba nuevamente mí vida como estudiante. El primer día de clase, el siete de septiembre, pensaba que sería semejante al de los otros años. Pero no. Me dieron los horarios y me informaron también que el año que viene tenía que llevar a cabo una investigación, un trabajo llamado Treball de Recerca. Pero había una sorpresa escondida. El tutor me comentó que había un proyecto llamado Comenius. Yo no sabía que era, pero a medida que pasaban los días la profesora responsable me iba explicando con más detalle sobre este nombre aparentemente mágico. Se trataba de un encuentro con varios institutos de toda Europa. Sinceramente me impactó, porqué no me consideraba una persona amante de las maletas. El grupo Comenius estaba formado por seis países. Cada tres meses se iba a un destino, como por ejemplo, Grecia. Pero había un inconveniente, el próximo encuentro estaba a punto de producirse y éramos sesenta y sólo podían ir ocho. Estos ocho tenían que tener un buen nivel de inglés, tener un buen conocimiento de la música, rendir en clase y ser sociable. Había mucha gente inscrita y desde un primer momento perdí algo que no se debería perder nunca, la esperanza.



Pasaban los días y el nombre de Comenius no se sentía tanto. Ya no me interesaba mucho por seguir descubriendo lo que se hacía. A medida que iba pasando el tiempo me comentaron que se trataba de un viaje cultural. Concretamente este encuentro iba de danzas tradicionales, música y gastronomía. De los sesenta que éramos, la lista empezaba a reducirse. Quince se desapuntaron y veinte no tenían las cualidades que he mencionado. Tras esta eliminación de tanta gente empezaba a tener más posibilidades de ir. Después de haber perdido la esperanza la volví a recuperar. Ahora sólo había una lista de quince. Es decir, el cincuenta por ciento. Antes de saber sí asistiría o no, supe que el destino era Chipre. En un primer momento me hizo un poco de respeto, porqué una parte era griega y la otra turca y sólo los separaba la línia verde, pero rápidamente lo relacione con los problemas actuales que hay entre España y Cataluña. Dos meses después, tras largas reuniones del grupo, nos convocaron para saber los resultados finales. Yo todavía estaba en la lista, ¿por qué no podía ser yo? Y sí. Me tocó, después de esperar largo y tendido. Una vez sabidos los resultados me puse rápidamente a trabajar como el resto de mis compañeros. Tenía como tarea preparar un plato típico de Cataluña y explicar cómo se hacía, que se ponía y en qué período del año se comía. Hecho esto y muchas otras cosas, ensayamos porqué en Chipre nos esperaba un concierto ante los institutos como Francia e Italia, entre otros. Teníamos que hacerlo de la mejor manera posible. Faltaban tres días para irme. Yo y el resto de mis compañeros no parábamos de hablar como sería esta experiencia junto a varios institutos de toda Europa. Todos ibamos a aprender más inglés. Era obligatorio hablar en inglés.



Lugar donde nació Afrodita, Chipre
Ya era ocho de febrero, el gran día había llegado para todos, puesto que a las diez de la noche ya estaríamos en la isla de Chipre. Cuando baje del avión me quité rápidamente la chaqueta. Hacía un calor horrible y eso que estábamos en pleno febrero. Llamé a mis padres para comunicarles que había llegado estupensamente, y ellos me transmitieron que en Gerona no hacia tan bueno. Una vez realizada la llamada me dirigí al hotel para descansar después de una larga tarde de viaje. El día siguiente por la mañana empezaban a llegar los otros integrantes del Comenius, y luego a la tarde nos presentaríamos. El día siguiente, es decir, el día posterior empecé junto a mis compañeros a visitar. Me encantó esa isla des de el primer momento en qué la pisé. Era un paisaje que me transmitia mucha serenidad y tranquilidad, sinónimo de unas pequeñas vacaciones. Me gustó mucho también la ciudad llamada Nicosia donde había muchísima gente paseando relajadamente. Se podia observar grandes comercios y grandes restaurantes en todos lados donde hechabas ojo. Alumnos de Francia, Romania, Italia, Grecia, Chipre y el resto de mis compañeros incluido yo, fuimos a visitar el sitio donde nació Afrodita, diosa del amor, y sin duda es un lugar espectacular y único. El inglés lo llevaba cada vez mejor y en la hora de responder me defendía bastante bién. Al cabo de pocos días regresé cómo nuevo después de pasar unos días en la ciudad de Pafos. Hecho este viaje ahora me considero una persona que le gusta viajar. Y sino hay muchas variaciones, la próxima estación será Inglaterra.