lunes, 6 de febrero de 2012

UNA PELÍCULA, MI PELÍCULA

Era un domingo por la tarde cuando vi una de las películas que se habían estrenado recientemente. Tenía muchas ganas de verla, porque todo el mundo comentaba que era una gran película donde había mucha variedad de personajes, y su objetivo era mostrar todas las personalidades habidas y por haber, por lo tanto, cualquier persona entonces se podría sentir identificada.

Al empezar la película se podía diferenciar perfectamente los caracteres tan antagónicos de los protagonistas. Y todo lo que refleja la película era y es el funcionamiento de nuestro mundo, personas que piensan diferente. Manuel, un personaje muy egocéntrico, no está de acuerdo con Pedro, que considera que todos somos necesarios y que cada uno de nosotros formamos parte del todo, cosa que Manuel opinaría de manera completamente distinta. Cristina era un personaje que no avanzaba porque tenía miedo a que todo lo que hacía le trajera consecuencias. Por lo tanto, eran tres personajes completamente polarizados que podrían ser unos ejemplos de la sociedad.

Yo al mismo tiempo que miraba la película me identificaba con Pedro, consideraba que cada persona tiene que aportar un grano de arena, y con este grano junto con otros podríamos formar un todo, porque a mi modo de ver el todo se puede conseguir cuando todo el mundo va hacia una dirección, todo lo que comentaba Pedro era justo lo que yo opinaba y consideraba, porque personas como Manuel no serían autosuficientes.

jueves, 5 de enero de 2012

Nos vamos pero volvemos

Me levanté como el día, triste y sin ganas de escribir otro día más en mi vida. No obstante, se acercaba la navidad, cosa que no me agradaba mucho. Ya llevaba días deseando huir en un poblado sin televisión y sin móvil, para no ver a nadie y recapacitar. Quería estudiar todo lo que había hecho hasta el momento y determinar si estaba bien o mal. Quería hacer las cosas bien, para demostrar a todo humano que no solamente nací para morir, sino que nací para ser recordado sin error alguno.

Tres horas después de haberme levantado huí, sin temor alguno y cogí lo más mínimo para poder sobrevivir unos días. Me iba a la aventura, cosa que me apasionaba hacer desde pequeño puesto que mis padres siempre me enviaban por las vacaciones de verano, ya que ellos trabajaban en lugares de la costa y no podían estar siempre conmigo. Era un sitio donde me lo pasaba muy bien pero también un sitio donde pensaba en todo aquello que había hecho a lo largo de mi vida. Y como ya había crecido y no iba ya en los campamentos, decidí marcharme sólo porque consideraba que ya había pasado mucho tiempo y tenía que reflexionar. Así que me lancé sin pensarlo, no sabía a dónde iba pero sí a lo que iba. Después de andar encontré un bien sitio para instalarme y así lo hice. Era como un albergue situado en la zona de los Pirineos. Empecé a preparar algo para comer y cuando terminé me puse enfrente del fuego de la chimenea a pensar. En ese año había tenido momentos para recordar y otros para olvidar, inicié el año de la mejor manera posible puesto que tenía trabajo, pero luego al cabo de seis meses me echaron y no sé porqué. Y las cosas empezaron a irme mal hasta que he acabado mirando las llamas de la chimenea. Faltaban apenas unos días para la navidad, donde cada noche buena nos reuníamos toda la familia para cenar y pasar un buen rato. Mis padres en aquél momento me riñeron por haber perdido el trabajo de mi vida, en el que más me gustaba y el que más deseaba por encima de todas las cosas, y me vine abajo y dejé de tener buena relación con ellos, porqué ni yo sabía el motivo de mi despido. Las llamas me transmitieron que los problemas del trabajo no tendrían que influir en la familia puesto que me había enfadado por ese motivo, la familia estaba por encima de mi trabajo y decidí en esa noche de meditación tener una buena relación con ellos y explicarles el motivo de mi salida, y así lo hice. Me marché a casa al día siguiente.

Huí pero sin avisar, cosa de la que me arrepiento profundamente, fue mi gran error, dejando a mis padres preocupados y sin ningún tipo de explicación, pero si les hubiera comentado que me quería ir, tal vez no me hubieran dejado. Aparecí al día antes de noche buena, me fui pero volví, para así poder compartir mesa con toda la familia al día siguiente. Y así también tuve un día para hablar con mis padres de lo ocurrido, y también para poder desahogarme de todo aquello que me había sucedido todo aquél año. Y con la conversación que tuve todas mis preocupaciones se aislaron de mí, de manera que al día siguiente empezaba una nueva vida, y al cabo de unos días llegó el año nuevo alejado de todas las preocupaciones.

Me presento como superhéroe.

Me preguntaban quién era. Yo les respondía que era como ellos pero de diferente genética. Pero nunca estaban de acuerdo conmigo. Me comentaban que era una persona muy diferente a las demás. Y es completamente cierto. Notaba algo en mí que me diferenciaba de los otros. Poseía cualidades que nunca un humano podría conseguir en cien vidas. Tenía a mi disposición todas las virtudes. Era rápido, astuto, inteligente y leía el futuro. Por lo tanto, como leía el más allá, siempre que iba a suceder una catástrofe, yo iba al rescate. No trabajaba, pero trabajaba. Ayudaba a la gente, que era lo que más adoraba. No me gustaba ser reconocido por mi trabajo. Yo lo único que yo quería, era ser mejor día tras día. No quería que mi nombre se utilizará en novelas. Deseaba mantenerme al margen de todo lo que sería la literatura posterior y también alejado de la sociedad. De manera que quería una vida de paz y tranquilidad. No quería habitar en un mundo con enormes envidias ni enfrentamientos. Solamente necesitaba una profunda tranquilidad en mi interior para poder ser lo que era, un superhéroe, capaz de combatir todo aquello que se me presentase y poder hacerle frente.

martes, 13 de septiembre de 2011

Ida y vuelta

Después de un largo verano y de mucho calor empezaba nuevamente mí vida como estudiante. El primer día de clase, el siete de septiembre, pensaba que sería semejante al de los otros años. Pero no. Me dieron los horarios y me informaron también que el año que viene tenía que llevar a cabo una investigación, un trabajo llamado Treball de Recerca. Pero había una sorpresa escondida. El tutor me comentó que había un proyecto llamado Comenius. Yo no sabía que era, pero a medida que pasaban los días la profesora responsable me iba explicando con más detalle sobre este nombre aparentemente mágico. Se trataba de un encuentro con varios institutos de toda Europa. Sinceramente me impactó, porqué no me consideraba una persona amante de las maletas. El grupo Comenius estaba formado por seis países. Cada tres meses se iba a un destino, como por ejemplo, Grecia. Pero había un inconveniente, el próximo encuentro estaba a punto de producirse y éramos sesenta y sólo podían ir ocho. Estos ocho tenían que tener un buen nivel de inglés, tener un buen conocimiento de la música, rendir en clase y ser sociable. Había mucha gente inscrita y desde un primer momento perdí algo que no se debería perder nunca, la esperanza.



Pasaban los días y el nombre de Comenius no se sentía tanto. Ya no me interesaba mucho por seguir descubriendo lo que se hacía. A medida que iba pasando el tiempo me comentaron que se trataba de un viaje cultural. Concretamente este encuentro iba de danzas tradicionales, música y gastronomía. De los sesenta que éramos, la lista empezaba a reducirse. Quince se desapuntaron y veinte no tenían las cualidades que he mencionado. Tras esta eliminación de tanta gente empezaba a tener más posibilidades de ir. Después de haber perdido la esperanza la volví a recuperar. Ahora sólo había una lista de quince. Es decir, el cincuenta por ciento. Antes de saber sí asistiría o no, supe que el destino era Chipre. En un primer momento me hizo un poco de respeto, porqué una parte era griega y la otra turca y sólo los separaba la línia verde, pero rápidamente lo relacione con los problemas actuales que hay entre España y Cataluña. Dos meses después, tras largas reuniones del grupo, nos convocaron para saber los resultados finales. Yo todavía estaba en la lista, ¿por qué no podía ser yo? Y sí. Me tocó, después de esperar largo y tendido. Una vez sabidos los resultados me puse rápidamente a trabajar como el resto de mis compañeros. Tenía como tarea preparar un plato típico de Cataluña y explicar cómo se hacía, que se ponía y en qué período del año se comía. Hecho esto y muchas otras cosas, ensayamos porqué en Chipre nos esperaba un concierto ante los institutos como Francia e Italia, entre otros. Teníamos que hacerlo de la mejor manera posible. Faltaban tres días para irme. Yo y el resto de mis compañeros no parábamos de hablar como sería esta experiencia junto a varios institutos de toda Europa. Todos ibamos a aprender más inglés. Era obligatorio hablar en inglés.



Lugar donde nació Afrodita, Chipre
Ya era ocho de febrero, el gran día había llegado para todos, puesto que a las diez de la noche ya estaríamos en la isla de Chipre. Cuando baje del avión me quité rápidamente la chaqueta. Hacía un calor horrible y eso que estábamos en pleno febrero. Llamé a mis padres para comunicarles que había llegado estupensamente, y ellos me transmitieron que en Gerona no hacia tan bueno. Una vez realizada la llamada me dirigí al hotel para descansar después de una larga tarde de viaje. El día siguiente por la mañana empezaban a llegar los otros integrantes del Comenius, y luego a la tarde nos presentaríamos. El día siguiente, es decir, el día posterior empecé junto a mis compañeros a visitar. Me encantó esa isla des de el primer momento en qué la pisé. Era un paisaje que me transmitia mucha serenidad y tranquilidad, sinónimo de unas pequeñas vacaciones. Me gustó mucho también la ciudad llamada Nicosia donde había muchísima gente paseando relajadamente. Se podia observar grandes comercios y grandes restaurantes en todos lados donde hechabas ojo. Alumnos de Francia, Romania, Italia, Grecia, Chipre y el resto de mis compañeros incluido yo, fuimos a visitar el sitio donde nació Afrodita, diosa del amor, y sin duda es un lugar espectacular y único. El inglés lo llevaba cada vez mejor y en la hora de responder me defendía bastante bién. Al cabo de pocos días regresé cómo nuevo después de pasar unos días en la ciudad de Pafos. Hecho este viaje ahora me considero una persona que le gusta viajar. Y sino hay muchas variaciones, la próxima estación será Inglaterra.